1. Precalienta el horno a 180 ° C / ventilador a 160 ° C / gas 4. Engrasa con mantequilla los lados de una base de un molde redondo de 22 cm de diámetro (8½ pulg.), 6,5 cm (2 pulg.), luego cúbrelo con un papel para hornear.
2. Derrite el chocolate: coloca el chocolate en un recipiente resistente al calor. Agrega un par de centímetros de agua a una cacerola pequeña y calienta hasta que hierva a fuego lento. Coloca el recipiente sobre el agua a fuego lento, pero asegúrate de que la base del recipiente no toque el agua. Calienta el chocolate, revolviendo cada cierto tiempo hasta que esté casi completamente derretido, retira del fuego y deja que el calor residual de la cacerola derrita los bultos restantes. Consejo: También puedes derretir el chocolate en el microondas a fuego medio-alto durante 2-3 minutos. Pon el chocolate a un lado para que se enfríe.
3. Coloca las claras de huevo en un tazón mediano con una pizca de sal y, utilizando un batidor eléctrico, bátelas hasta que se formen picos suaves. Con la batidora a velocidad media, mezcla en la mitad del azúcar una cucharada a la vez. Bate las yemas en un recipiente aparte con el resto del azúcar hasta que se espese y quede esponjoso (la mezcla debe dejar un rastro cuando saques los batidores). Revuelve las avellanas, el chocolate enfriado y la esencia de vainilla en las yemas de huevo y dóblalas suavemente en las claras (teniendo cuidado de dejar salir el menor aire posible). Transfiere la mezcla a la lata preparada y hornea por 40-45 minutos, hasta que el pastel esté firme al tacto.
4. Retira del horno y deja enfriar durante 10 minutos, luego coloca en una rejilla para enfriar completamente.
5. Para decorar: con un tenedor, tritura aproximadamente la mitad de las frambuesas y revuelve a través del yogur. Coloca el yogur sobre el pastel, decora con las bayas y vierte un poco de jarabe de arce.